''La mejor forma de hacer buenos a los niños es hacerlos felices''
Oscar Wilde
¿En qué consiste?
Convertirse en padre o en madre es uno de los viajes más largos que existen porque nunca dejamos de aprender, tanto de nuestros aciertos, como de nuestros desaciertos. También de los hijos, claro, que llegan sin manual de instrucciones bajo el brazo, pero cargados de innumerables retos y aprendizajes.
Cuando un niño/a va al psicólogo el mensaje que entiende, queramos o no, es que tiene un problema, cuando no, que está enfermo. Desde nuestro enfoque en la gran mayoría de los casos trabajamos de forma indirecta, es decir, ayudamos a los padres a ayudar a sus hijos, asignándoles el rol de coterapeutas nuestros, ya que son la herramienta de cambio más eficaz para sus hijos.
A lo largo de la entrevista los padres recibirán las pautas a seguir y las formas de intervenir así como la atención de sus dudas en todo momento, de esta forma son ellos quienes toman el mando de la recuperación. Pues cuando los padres saben perfectamente que deben hacer, los niños no ponen tanta resistencia a la mejora y los padres obtienen más fuerza sobre la situación, lo cual les da más seguridad y control de lo que sucede.
Además, así evitamos el estigma de las etiquetas diagnósticas, que funcionan como profecías que se autorrealizan y en muchas ocasiones, acaban agravando el problema en lugar de solucionarlo.
Por otro lado, si es necesario también podemos trabajar con el colegio y dar pautas concretas a los profesionales de la educación para que pongan en marcha en el aula.
¿Cómo vamos a trabajar?
Durante la primera sesión definiremos el problema o dificultad y estableceremos los objetivos terapéuticos. En cada sesión se evaluarán los avances conseguidos, los encuentros tendrán lugar de modo quincenal y progresivamente, se irán espaciando en el tiempo (mensuales, bimensuales, trimestrales, etc.)
En niños entre 6-10 años, a veces, las sesiones iniciales son semanales dependiendo del caso aunque normalmente son cada dos semanas. La duración de cada sesión individual es de una hora. En una media de 6-10 sesiones se puede alcanzar la solución al problema que le trae a la consulta.
¿Cómo hacemos la terapia?
En general, los padres acuden a terapia por los problemas que tienen sus hijos con la idea de llevarlos al psicólogo infantil para que les ayude a resolverlo, es decir, buscan un psicólogo para niños.
Pero nosotros realizamos una intervención terapéutica indirecta a través de los padres, es decir, asisten a las sesiones los padres y no los hijos.
Es decir, ofrecemos a los padres pautas concretas para ayudar a sus hijos a resolver sus problemas (miedos, enuresis, desobediencia, estudios, alimentación, comportamiento, etc.).